Banco Central: un año de compras sin resultados concretos

A pesar de haber adquirido u$s18.000 millones en 2024, las reservas netas del BCRA permanecen en terreno negativo.

En un contexto marcado por incertidumbres económicas y tensiones en los mercados cambiarios, las reservas netas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) han tenido una evolución llamativa pero preocupante. A pesar de haber registrado la mayor compra de dólares en más de dos décadas, la posición de reservas netas sigue tan comprometida como a principios de año.

De acuerdo con un informe reciente de la consultora Outlier, al 30 de noviembre de 2024, las reservas netas se ubicaron en un preocupante déficit de 8.471 millones de dólares, apenas u$s253 millones por encima del cierre de 2023. Este dato contrasta drásticamente con los u$s18.000 millones adquiridos por la entidad a lo largo del año. La divergencia entre estas cifras refleja los profundos desafíos estructurales que enfrenta la economía argentina para estabilizar su frente financiero.

Un año de contrastes: compras y compromisos

El BCRA compra, pero advierten por la posición de reservas netas.
El BCRA compra, pero advierten por la posición de reservas netas.

El año 2024 comenzó con un ritmo alentador en la acumulación de reservas. Entre noviembre de 2023 y mayo de 2024, el BCRA logró comprar u$s16.472 millones, mejorando así incluso el cierre del año anterior, reduciendo parcialmente el déficit de las reservas netas gracias a mayores liquidaciones agrícolas y estrategias de «carry trade». Sin embargo, esta tendencia no logró consolidarse.

A partir de junio, la baja en las reservas netas comenzaron a acelerarse, impulsadas por vencimientos de deuda significativos, particularmente en julio. La necesidad de cumplir con estas obligaciones fue clave para explicar la caída de las reservas netas, que, después de alcanzar un repunte que las ubicó en u$s2.000 millones negativas, retornaron a niveles preocupantes.

Además, la creciente presión del mercado llevó al BCRA a implementar una regla monetaria estricta, vinculando cada emisión de pesos por compra de dólares a la obligación de retirar esos pesos del mercado mediante la venta de divisas. Este enfoque, diseñado para estabilizar las brechas cambiarias, tuvo éxito en controlar la volatilidad, pero a un costo alto: la incapacidad de recomponer las reservas netas de manera sostenible.

El peso de la brecha cambiaria

La dinámica de la brecha cambiaria es crucial para entender por qué las reservas netas no lograron mejorar a pesar de retomar la compra de dólares con la llegada del blanqueo. Con una brecha del 60%, el BCRA puede acumular aproximadamente u$s38 de cada u$s100 adquiridos, mientras que, con una brecha del 10%, esa cifra se reduce a apenas u$s9. Incluso en escenarios donde la brecha sea negativa, la entidad tendría que vender más dólares de los que compra para absorber pesos emitidos, un círculo vicioso que refuerza la fragilidad estructural del sistema cambiario.

El impacto del blanqueo y las operaciones de «carry trade»

El blanqueo de capitales introducido en septiembre trajo consigo un incremento en los depósitos en dólares, lo que se tradujo en mayores reservas brutas debido a los encajes bancarios. Sin embargo, este ingreso no tuvo impacto positivo en las reservas netas, ya que las operaciones de carry trade, estimuladas por la nueva liquidez en el sistema, obligaron al BCRA a deshacerse de dólares para recomprar pesos.

Mirando hacia adelante: los desafíos del 2025

El panorama para 2025 luce complejo. La persistente debilidad de las reservas netas deja al país en una posición de extrema vulnerabilidad frente a cualquier evento disruptivo, como un salto abrupto del tipo de cambio o la necesidad de financiar una recuperación económica.

Además, la estrategia del gobierno de postergar la eliminación del cepo cambiario y buscar nuevos acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) subraya la urgencia de obtener financiamiento externo. Sin un flujo significativo de dólares frescos, las posibilidades de estabilizar la economía y preparar el terreno para una eventual normalización del mercado cambiario parecen lejanas.

La evolución de las reservas netas del BCRA en 2024 revela una combinación de limitaciones estructurales y políticas que han frenado su recuperación. Aunque se lograron avances temporales en ciertos momentos del año, el impacto de la deuda, las dinámicas cambiarias y las restricciones monetarias han impedido un fortalecimiento significativo. De cara al futuro, la recomposición de reservas netas será fundamental para enfrentar los desafíos de estabilidad económica y avanzar hacia una economía menos dependiente de medidas de control cambiario.

La capacidad del Gobierno y del BCRA para revertir esta tendencia dependerá no solo de acuerdos internacionales y del manejo interno de la política monetaria, sino también de la construcción de confianza en el mercado, un activo que sigue siendo escaso en el actual contexto económico argentino.

Fuente: ÀMBITO

Por: Graciela Herrera

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