Ecuador vive momentos de alarma tras el secuestro de Pedro Pablo Perlaza, lateral derecho de Delfín y exjugador de la selección nacional. El futbolista, quien ha representado a Ecuador en tres ocasiones, fue raptado el pasado lunes en la provincia de Esmeraldas, una zona ubicada cerca de la frontera con Colombia. El suceso ha generado gran preocupación tanto en su familia como en el entorno del fútbol ecuatoriano.
El secuestro: un día aterrador para la familia Perlaza
La familia de Pedro Pablo Perlaza informó del secuestro el lunes por la noche, dejando en claro que el hecho ocurrió en el transcurso de ese mismo día. Según los primeros informes, el futbolista fue interceptado en una carretera de la provincia de Esmeraldas por un motociclista, quien lo obligó a subir a otro vehículo y lo trasladó a un lugar aún no revelado. Desde entonces, los secuestradores no han establecido comunicación alguna con los familiares, lo que ha aumentado la angustia por la falta de un pedido de rescate.
El hecho ocurrió mientras Perlaza se encontraba fuera de los entrenamientos, ya que el domingo, un compañero de su club Delfín lo había visto por última vez durante una sesión habitual a las 16:00 horas. Desde ese momento, el futbolista no ha tenido contacto con nadie, lo que ha dejado al equipo y a su entorno en un estado de gran preocupación.
Preocupación y miedo en el fútbol ecuatoriano
El secuestro de Pedro Pablo Perlaza no solo ha conmocionado a su familia, sino que ha afectado profundamente a su club Delfín y al fútbol ecuatoriano en general. La noticia de su rapto ha trascendido rápidamente, generando un ambiente de pánico en las filas de los futbolistas y exjugadores que temen por su seguridad en el contexto de una creciente ola de violencia y criminalidad en el país.
Perlaza, de 32 años, ha tenido una destacada carrera en el fútbol ecuatoriano. Además de su paso por Delfín, ha jugado en clubes de renombre como Barcelona SC, Liga de Quito y Aucas. A nivel internacional, ha sido convocado en tres ocasiones a la selección nacional, defendiendo la camiseta de Ecuador en partidos oficiales. Su experiencia en la selección y su trayectoria en el fútbol local lo convierten en una figura conocida en el país, lo que también ha incrementado la preocupación sobre su bienestar.
La crisis de seguridad en Ecuador
Este secuestro se enmarca en una situación de inseguridad creciente en Ecuador, un país que enfrenta un contexto cada vez más violento debido al auge de las organizaciones criminales. El presidente Daniel Noboa ha calificado la lucha contra el crimen organizado como un «conflicto armado interno», reconociendo la gravedad de los secuestros, extorsiones y amenazas que afectan a la sociedad ecuatoriana a diario.
En lo que va del año, los secuestros se han incrementado de manera alarmante, afectando tanto a ciudadanos comunes como a figuras públicas, como es el caso de Perlaza. Las autoridades ecuatorianas han comenzado una investigación para tratar de localizar al futbolista y esclarecer los hechos, pero hasta el momento no se ha logrado obtener información relevante sobre su paradero.
La espera de su regreso
Mientras tanto, la familia de Pedro Pablo Perlaza y sus compañeros de equipo en Delfín permanecen en vilo, esperando noticias sobre su situación. La preocupación por su seguridad y el deseo de que sea liberado sano y salvo son las principales emociones que atraviesan a quienes lo conocen y valoran tanto en el ámbito deportivo como en su vida personal.
El secuestro de Perlaza subraya la creciente crisis de seguridad que vive Ecuador y pone de manifiesto la vulnerabilidad de muchas personas ante la violencia y el crimen organizado que azotan el país. En este contexto, el fútbol ecuatoriano, tradicionalmente una fuente de unión y esperanza para el pueblo, se ve ahora afectado por una realidad cada vez más oscura.
Por: Rodo Galdeano
Fuente: Diario Huarpe
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