Intervenciones en Diputados
Una vez finalizada la ceremonia, el PRO celebró la reelección de Martín Menem. El titular del bloque, Cristian Ritondo, destacó su trabajo para «lograr la mayor cantidad de consensos posible, reinstalando el mayor diálogo posible en el Congreso» y le agradeció «la deferencia que ha tenido muchas veces con nosotros como bloque». En ese sentido, apuntó que respaldaron al riojano “por responsabilidad institucional y porque creemos que le ha tocado un año muy difícil en un nuevo Gobierno con un bloque no lo suficientemente grande, tratando leyes muy difíciles entendiendo que había que componer mayoría».
La oposición llegó por parte de Unión por la Patria, en donde Germán Martínez apuntó que Menem «no cumplió su palabra»: «No se llevó adelante una distribución de las presidencias de las comisiones como correspondía». A su vez, criticó que «nuestro bloque se cansó de la arbitrariedad en el uso de la palabra» y recordó que desde la Cámara de Diputados se «prestaron vehículos para ir a visitar genocidas en Ezeiza».
Las negociaciones con la oposición
El Gobierno, por su parte, empezó a gestionar por la reelección de Menem desde la semana pasada, intentando asegurarla. Para eso, ayudó a que fracase la sesión especial promovida por el PRO para tratar Ficha limpia, colaborando con la ausencia de ocho legisladores libertarios.
Desde el sector parlamentario aseguran que UP ya había advertido que no iba a dar quórum para la sesión preparatoria que designa autoridades, si se decidía avanzar con el proyecto de ley de Ficha Limpia. Este último le prohíbe a un dirigente condenado por corrupción en segunda instancia ser candidato a un cargo electivo.
La única vez que el oficialismo no pudo elegir a un dirigente propio para conducir la cámara baja fue durante el gobierno de la Alianza, en 2001, cuando el radical Rafael Pascual no pudo ser reelecto y fue reemplazo por el peronista Eduardo Camaño.
Fuente: ÁMBITO
Por: Graciela Herrera
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