Caída del consumo: cuáles son los sectores más afectados en la era de Javier Milei

Alrededor del 40% de los argentinos redujeron su consumo de carne, con lo cual, se espera que en 2024 éste sea el más bajo de los últimos 100 años. También cayeron otros sectores claves del consumo y, como contracara, se deteriora la estabilidad emocional.

Por Erika Cabrera

 

Se redujo el consumo en sectores claves de la economía y, en ese escenario, se deteriora la estabilidad emocional.

Se redujo el consumo en sectores claves de la economía y, en ese escenario, se deteriora la estabilidad emocional.

Reuters

La profunda recesión golpea a la gran mayoría de los argentinos. Si la situación ya era de por sí compleja para casi toda la población previo a la devaluación (54%) de fines de 2023, posteriormente se agravó todavía más. Hoy ni siquiera el hecho de tener un empleo registrado ayuda a que los trabajadores puedan satisfacer todas sus necesidades, ya que el 30% de los asalariados formales está bajo la línea de la pobreza. En este contexto, parte de la población modifica mes a mes sus hábitos de consumo para ajustarse y así intentar llegar a fin de mes.

La sociedad argentina «achica sus espacios de goce» y también de «sociabilidad» en medio de una época «incómoda, de deterioro». Tal es así que, unos siete de cada diez argentinos disminuyeron sus cenas afuera o celebraciones (-65%) en el primer semestre, según la encuesta de opinión de la consultora Sentimientos Públicos.

Alrededor del 40% de los argentinos redujeron su consumo de carne, con lo cual, se espera que en 2024 éste sea el más bajo de los últimos 100 años. Asimismo, se redujeron cerca de ese guarismo también los consumos de «cafés en cafeterías, de gratificaciones comestibles e incluso de sus insumos en las comidas», señalaron en la encuesta.

Consumo: cuáles son los principales recortes de los argentinos

La encuesta realizada por la consultora que dirige Hernán Vanoli analizó 2.500 casos, donde el 60% de los consultados dijo que recortó sus consumos culturales, así como el 58% respondió que se ajustó en la compra de indumentaria y otro 57% en el turismo.

Cabe destacar que, hace unos días el presidente Javier Milei se refirió a los recortes del Estado a la industria cultural y resaltó que lo principal en su gestión es el equilibrio fiscal, por lo cual «si la cultura es valorada por la gente, puede ser tranquilamente financiada por las personas».

A pesar de la respuesta del mandatario, los argentinos demuestran que tienen menos capacidad financiera para sus consumos culturales, ya que hay una mayor presión de otros costos de vida que se encarecieron y tuvieron que recortar aquellos que no son tan esenciales.

Además, unos tres de cada 10 argentinos suspendieron el uso de plataformas de streaming.

La ayuda económica a familiares o amigos se recortaron en un 29%, mientras que los gastos en medicamentos se redujeron un 21% y un 16%, directamente, optó por dejar los desayunos o las meriendas.

Según el reporte, el escenario negativo se incrementa aproximadamente en un 15% entre los mayores de 65 años. Sin embargo, quienes votaron a Javier Milei declararon que redujeron sus consumos un 50% menos que el resto de la población, salvo en la categoría de salud mental, donde la diferencia es de apenas un 20%.

“En un país con gastronomía premiada y altos niveles históricos de consumo de carne, se come cada vez peor. Menos insumos, menos gratificaciones. Es una sociedad que achica sus espacios de goce, pero también de sociabilidad”, aseguró Vanoli. “Un grupo de riesgo, del nivel socioeconómico medio-bajo, dejó de ayudar a sus cercanos y descuidó su salud”, agregó.

Radiografía de la Argentina de Milei

La encuesta de Sentimientos Públicos incluye preguntas sobre la vida anímica de las personas. De allí se desprendió que casi siete de cada diez argentinos perciben un marcado deterioro del bienestar emocional o la salud mental de quienes los rodean. Dentro del segmento de edad entre 35 y 55 este malestar aumenta y aún son ligeramente más altos en los niveles socioeconómicos medios.

Al consultar sobre la posibilidad de apostar para juntar ingresos extras o pagar deudas, el 67% de los jóvenes de 16 a 29 años respondió estar de desacuerdo, mientras que un 33% dijo estar de acuerdo. «Estos números se elevan a cuatro de cada 10, si filtramos el resultado por hombres y aumenta a medida que baja el nivel socioeconómico», resaltaron desde la consultora.

«El ‘no future’ de fines de los noventas se convirtió en el ‘black present’ de la actualidad. Un ‘no future’ 2.0, donde la estabilidad emocional es un bien escaso», concluyeron desde Sentimientos Públicos.

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