Las provincias UP creen que Cristina potenciaría la polarización ante un Gobierno que ya sufre el desgaste de la crisis. Quintela, por el contrario, atrae a díscolos y antiguos aliados. Sorpresa en la gestión de Axel Kicillof frente a jugada K.
El operativo clamor lanzado por dirigentes K en las redes sociales subió a Cristina Kirchner al ring rumbo a las elecciones del 17 de noviembre en el Partido Justicialista (PJ). Hasta el momento, la única postulación vigente era la del riojano Ricardo Quintela, quien este viernes reafirmó sus deseos de dar la pelea incluso si la expresidenta decidiera competir. Así las cosas, y a la espera de una definición del Instituto Patria, el peronismo comienza a trabajar sobre el nuevo escenario con el objetivo de recuperar músculo y llegar con una oferta competitiva a los comicios legislativos del 2025.
La metralla de menajes que inundaron X en la noche del jueves sacudieron el tablero político. Rápidamente, se plegaron a la jugada figuras kirchneristas de todo el país, quienes compartieron al unísono la consigna «Cristina al PJ». En tierras riojanas, el apoderado de la lista de Quintela, Daniel Llermanos, recogió el guante y descartó una capitulación del gobernador norteño. Horas más tarde, fue el propio Quintela el que ratificó su candidatura. «El peronismo tiene que competir, no hay que tenerle miedo al proceso interno», lanzó.
Pasada la agitación inicial, en las filas justicialistas empezaron las especulaciones y los cálculos de cara a noviembre. Lo cierto es que, en las últimas semanas, Cristina Kirchner había levantado su perfil con diversas apariciones públicas, incluyendo una sorpresiva visita a vecinos de La Matanza. Su mayor exposición tuvo como eje la confrontación con el gobierno de Javier Milei.
Gobernadores PJ: entre ampliar liga y la oposición a Javier Milei
En líneas generales, se rescatan dos grandes conclusiones. Por un lado, las provincias ven en Cristina un camino para la polarización directa con Milei, quien empieza a sufrir la erosión de una crisis sin final previsible en el horizonte. No obstante, identifican que antiguos aliados del peronismo, como los gobernadores provincialistas, son más reactivos a la figura de la exvicepresidenta. Por el contrario, creen que Quintela es garante de una mayor amplitud, pero que no cuenta con la potencia de la fundadora de Unidad Ciudadana.
Los movimientos de la dos veces presidenta generaron suspicacias en todos los frentes, especialmente en Buenos Aires, donde la interna entre Axel Kicillof y La Cámpora, sin un ordenamiento inminente, agita fantasmas de un pasado no tan lejano. En tierras bonaerenses aseguran que la jugada tomó por sorpresa a la primera plana de la gestión de Kicillof, que estaba en México participando de la asunción de Claudia Sheinbaum. «Frialdad extrema», resumió una voz al tanto de los acontecimientos.
De hecho, más de un dirigente evaluó que la estrategia responde a un capítulo de la puja en PBA y no a menesteres de tablero nacional. «Todo pareciera ser que es la interna de la Provincia de Buenos Aires. Sin lugar a dudas, con el conflicto de que no pueden ser mayoría de vuelta pero de que tampoco van a ser menos 25 o 30 puntos. Tienen ese capital fuerte», señaló a Ámbito un legislador provincial. Y agregó: «Kicillof, con Ferraresi, le da lugar a Quintela, y La Cámpora con algunos intendentes consolidan a través de Cristina. Massa mira de fuera, aunque mucho mejor con Cristina que con Máximo».
Actualmente, tras la debacle electoral del 2023, en la liga de gobernadores UP, además de Kicillof y Quintela, subsisten Sergio Ziliotto (La Pampa), Gildo Insfrán (Formosa), Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur). Distante, el peronista Raúl Jalil (Catamarca) atiende su juego, mientras que Osvaldo Jaldo (Tucumán) rompió definitivamente con el espacio.
Más allá de las fronteras celestes, uno de los desafíos a futuro es recuperar volumen. En ese marco, volver a seducir a mandatarios que históricamente tuvieron buena sintonía con el justicialismo y que hoy se muestran distantes asoma como un desafío. El salteño Gustavo Sáenz, por caso, el rionegrino Alberto Weretilneck y el misionero Hugo Passalacqua son algunos números puestos. En ese objetivo también tallará el perfil del futuro conductor/a del PJ.
«Hay un nivel terrible de balcanización en la metrópoli, el Interior no encuentra todavía un líder claro, y todos aspiran de una u otra manera a frente provinciales aglutinadores liderados por algo remotamente parecido al peronismo. Cristina es lo que queda», señalaron a este medio desde un distrito. No obstante, en todas las jurisdicciones PJ y satélites dan cuenta del peso de la expresidenta para el justicialismo.
«Es la figura política de mayor relevancia actual, con lo cual que se hable de su postulación es casi natural. Ahora, creo que el PJ debe ampliar su base y para eso necesitamos una mirada fresca nueva mucho más amplia», confió el entorno de un mandatario provincialista.
Al respecto, la fuente sumó que «Quintela representa una neutralidad que hoy es valiosa en el PJ y que puede hacer que nos fortalezcamos hacia adentro para poder ampliar la base y luego todos juntos definir el rumbo del partido y su conducción».
Ricardo Quintela sostiene su postulación al PJ
Por estas horas, en La Rioja ratificaban la voluntad de competir, pero ponían paños fríos a la situación. Destacaban, además, la buena sintonía que Quintela cultivó con todos los sectores del peronismo, Cristina incluida. Entre ambos -afirman- hay pendiente una reunión.
«Ha logrado lo que pocos en el escenario político reciente: convocar, construir y armar desde las bases. Sindicatos clave como la CGT, agrupaciones docentes universitarias, y sectores importantes del sindicalismo han decidido poner sus fichas en el gobernador riojano para lo que es una muy posible candidatura a la cabeza del PJ Nacional», señalaban en el norte sobre el riojano.
Este viernes, como parte de su campaña nacional, el mandatario visitó Neuquén, donde encabezó una jornada con militantes. Lo escoltaron el presidente del PJ local, Darío Martínez, y la senadora nacional Silvia Sapag. Posteriormente, mantuvo un encuentro con el mandamás Rolando Figueroa y visitó a la intendenta de la localidad rionegrina General Roca, María Emilia Soria.
Otra tesis que barajaban en el seno de UP era la posibilidad de una tercera vía para dirimir la pulseada y evitar el fuego cruzado, un trauma que el peronismo arrastra desde el 2015 y que todavía no pudo exorcizar. En esa senda, diversas voces apuntaban a la senadora nacional Lucía Corpacci, quien sintetiza parte del espíritu de los dos contendientes. Por un lado, mantiene buenos vínculos con el Instituto Patria y reconoce la conducción de Cristina; por el otro, proviene de una provincia norteña y funciona como enlace con Jalil, uno de los caciques que UP busca retener
Ese atajo, sin embargo, perdió potencia: en un comunicado, el PJ catamarqueño -que comanda la propia Corpacci- manifestó que «adhiere y acompaña a Cristina Fernández de Kirchner como candidata a Presidenta del Consejo Nacional del PJ”.
“Como líder y abanderada del peronismo, como mujer que ha entregado su vida entera sin claudicar jamás, por la grandeza de la Patria y el bienestar de los argentinos, es la conductora natural de un movimiento que hoy más que nunca tiene la responsabilidad de devolverle la felicidad al pueblo”, reza el escrito difundido en la web.
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