Atentado a Cristina Kirchner: contradicciones del exnovio de Brenda Uliarte y un pedido de prisión por falso testimonio para otro testigo

“Si usted miente puede quedar detenido”. La dura advertencia se la tuvo que hacer la jueza Sabrina Namer a Lucas Ocampo. El exnovio de Brenda Uliarte mostró dificultades para declarar bajo juramento y explicar las condiciones en las que la imputada fue a su casa a dormir la misma noche del atentado contra Cristina Kirchner. La expresidenta viene de aparecer de forma sorpresiva en La Matanza, al tiempo que en su entorno mostraron preocupación por la aparente filtración -que atribuyen a la Justicia- de una condena de seis años de presión que determinará Casación en la causa Vialidad.

Después de varios chats y llamadas telefónicas entre ambos, cerca de las doce de la noche Uliarte viajó directamente desde Recoleta hasta la casa de Ocampo. Según declaró ante el Tribunal, ella llegó y solo le dijo que su pareja (por Fernando Sabag Montiel) había atentado contra la vicepresidenta. “Al principio pensé que era una joda”, dijo el testigo. «Yo estaba de fiesta y con un amigo y no me lo tomé en serio estaba tomando y no me lo tomé en serio», y aseguró que no hablaron más del tema. Dijo que Brenda fue directo a la habitación y se durmió con la ropa puesta y que al otro día la levantó porque se tenía que ir a trabajar. Que la acompañó hasta la parada del colectivo y que lo único que le dijo a ella fue “arreglá tus cosas” y después volvés». Brenda había dejado en su casa un paraguas y la bolsa blanca que llevaba al momento del ataque a CFK y donde se cree que trasladaba el arma homicida.

Según Ocampo, Uliarte le dijo que tenía que ir a buscar sus cosas a la casa de Sabag y que luego volvería. Pero nunca volvió porque fue detenida y la bolsa blanca fue secuestrada durante un allanamiento en la casa de Ocampo cinco días después del hecho. La joven también llevaba una mochila negra aquella noche, pero Ocampo dice no recordar tal cosa. El rastro de la bolsa y la mochila es un eje importante en el caso ya que una de las hipótesis es que Uliarte llevó en la bolsa o en la mochila el arma con la que Sabag Montiel intentó cometer el asesinato.

Al día siguiente del intento de magnicidio Ocampo y Uliarte volvieron a intercambiar chats. Pero cuando los mensajes le fueron exhibidos por la fiscal Gabriela Baigún el testigo entró en contradicción.

Contradicciones

Ocampo indicó durante su testimonio que no sabía de dónde venía Uliarte la noche del 1 de septiembre y que se fue enterando de todo lo que pasó por la televisión. Dijo que Brenda nunca le habló del tema aquella noche, pero ante las preguntas de la fiscal dijo que la joven vio cuando Sabag disparó. “Cómo sabe eso si no habló con ella del tema”, interrogó Baigún. “Porque está en todos los videos”, respondió. “No, no hay ningún video donde se ve a Uliarte mientras dispara Sabag”, le marcó la fiscal, por lo que no quedó claro cómo sabía él que Uliarte había visto el disparo.

Luego, la fiscal le mostró los chats del 2 de septiembre a las 17hs, en donde él le escribe a Uliarte: «Decí la verdad, que no sabías que iba a reaccionar el loco así y etc y que de tu susto rajaste».

La fiscal le preguntó de dónde «rajó» Uliarte. Ocampo no pudo ser preciso en la respuesta: «De lo que habría hecho Sabag, del atentado». La fiscal insistió para que aclare de dónde se fue Brenda y Ocampo no logró especificar. “No sé a dónde fue el atentado”, se excusó.

“¿Por qué la llamó tantas veces el 2 de septiembre?”, interrogó la fiscal. “Quería saber si había arreglado su problema”, dijo. Según explicó, él se preocupaba por ella y le tenía afecto porque Brenda y él eran amantes. “¿Tuvieron sexo la noche del 1 de septiembre?”, quiso saber Baigún. “No”, respondió el testigo.

Uno de los puntos de la declaración que dejó un manto de dudas fue la endeble explicación que dio el joven sobre un chat que mantuvo con Uliarte después del atentado. Allí él le sugería que diga «que la obligaron a hacerlo». La jueza le preguntó por qué le sugirió eso y Ocampo relató una situación de maltrato sexual por parte de Sabag Montiel. Sin embargo, no aclaró si se refería a que dijera que Sabag la obligó a atentar contra Cristina o a acompañarlo aquella noche, aunque es lo que sugieren los mensajes.

Sobre la personalidad de Brenda, Ocampo contó que unos meses antes del ataque comenzó a politizarse y a ponerse violenta. «Ella no era así. Años atrás no era así, también extremista con el kirchnerismo y esas cosas. Cambió demasiado ella» (sic). “Le agarró mucho odio» (…) «Miraba videos de Presto (con quien había tenido una relación) y esas cosas (…) cargado de mucho odio que ataca a todos los políticos y mirábamos dos o tres videos y le decía que cambiara eso”.

El abogado de Cristina Kirchner, Marcos Aldazábal, le preguntó cuándo Uliarte comenzó a hablar de política. “Unos seis meses antes del atentado”, dijo. A partir de lo cual -explicó- ella cambió completamente y se comenzó a alejar de él.

Ocampo dijo que estuvo en pareja con Uliarte tres o cuatro meses y que después fueron amigos y amantes. Durante todo ese tiempo dijo no saber de qué trabajaba ella y que creía que le mandaba plata su papá. «Me enteré por la tele que ella trabajaba con los copitos. Yo solo sabía que trabajaba en un negocio», aseguró ante el Tribunal.

Falso testimonio

Miguel David Robles conoció a Uliarte por las redes y por la venta de contenido sexual. El mismo día del atentado le pagó mil pesos a través de Mercado Pago a cambio de una foto erótica. Dijo que en la charla (los chats fueron exhibidos en la audiencia) Uliarte le contó que su novio había intentado matar a Cristina. Que él le siguió la corriente, pero no le creyó.

Esto relató Robles al inicio de lo que se convertiría en una extensa y tensionante declaración, al punto que la fiscal Baigún pidió su detención por falso testimonio. “El testigo miente”, afirmó la funcionaria.

Las inconsistencias se manifestaron cuando no quedó claro si conocía o no al principal acusado, Fernando Sabag Montiel, y cuando comenzaron a exhibirle chats y mensajes de audio que él mismo había enviado después del atentado.

Su voz sonó en la sala de audiencias cuando pasaron un audio que le había mandado a su pareja de entonces, a quien tenía agendada como La Tóxica: “Le ofrecieron plata al vago, plata lo iban a meter en cana un año, después lo iban a hacer pasar por muerto al estilo Néstor Kirchner y como es que se llama y no se qué más un viaje. Lo iban a mantener oculto algo así. Los que la mandaron a que le pegue el tiro a Cristina es la misma gente de Fernández ¿no viste que le puso la custodia esa que un desastre? El chabón este lo mandó la gente del gobierno mismo, la mandó a que la maten a la vieja y que cuando cayó le dijeron ‘Atenete a las consecuencias si fallás y si llegás a decir que Fernández te mando o la gente misma adentro de la cárcel te van a matar’”.

Preguntado por todas las partes en forma insistente, el testigo dijo que solo fue una teoría del él, que no era verdad y no pudo sostener aquellos dichos. “No es verdad lo que le dije en esos audios a la piba”, dijo visiblemente nervioso.

La jueza Namer le preguntó qué no es verdad. “Yo no estuve con Brenda. Lo que tiene de verdad esa conversación es lo que me cuenta Brenda” “¿Qué le cuenta?”, le insistieron. “Yo le escribí a Mariela lo que le dije en el audio es todo inventado”. “Pero lo que hablaba del arma que no supo montarla es lo que pasó”, agregó la fiscal. “Lo escuché en la tele. Lo que yo sé me enteré por Brenda”, reiteró.

Algunos audios del teléfono de Robles, según la pericia de la PSA, fueron borrados. Una y otra vez el testigo aseguró que él no los había borrado, pero tampoco pudo recordar con exactitud el contenido de los mismos. El abogado de Cristina, Marcos Aldazábal le recordó que los audios borrados estaban en un contexto de una conversación sobre la participación de Uliarte en la organización Revolución Federal.

Una de las preguntas que tampoco tuvieron una respuesta clara del testigo fue si conocía o no a Sabag Montiel. Trató de explicar que él no lo conocía, pero sí su pareja (Florencia Canosa y que cuando dice que lo conoce es por referencias, pero no “físicamente” y por amigos en común de Facebook).

Luego de un cuarto intermedio, el tribunal decidió diferir el pedido de falso testimonio contra Robles al momento de la sentencia. La fiscal Baigún, en tono duro dijo dice que ella no podía seguir preguntando a quien miente.

Los amigos de Uliarte

Los otros testigos de la jornada fueron las y los jóvenes con los que Brenda Uliarte tuvo algún tipo de relación de amistad virtual o real.

Serena Victoria Suarez dijo que la conocía por el apodo de Daki, que no sabía que trabajaba vendiendo copos de azúcar y que sí tenía conocimiento de su actividad en Only Fans, donde vendía contenido erótico.

La joven declaró que vio una foto de Brenda con un arma en abril de 2022: “En las redes, no es su WhatsApp, subió una foto a su estado y yo le pregunté qué onda y me dijo que era para una exnovio que la tenía amenazada”.

Dijo que cuando ocurrió el atentado le escribió para preguntarle en qué se había metido. Pero Uliarte nunca le respondió. Y dijo que le sorprendió lo ocurrido. Que conocía el costado de odio político de Brenda pero que no pensó “que iba a llegar a tanto, a semejante cosa”.

Otro de los amigos de Uliarte, Franco Matías Merigi dijo que Brenda alguna vez le exhibió un arma y que sabía que Uliarte había ido a algunas marchas en Plaza de Mayo (en referencia a las manifestaciones de odio convocadas por la organización Revolución Federal).

Fuente: ÁMBITO

Por: Graciela Herrera

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