Entre las ganas de creer y la incertidumbre: la mirada del «círculo rojo» sobre la Argentina de Javier Milei

Los empresarios están esperanzados con el cambio que propone el gobierno actual, pero temen sobre cómo se plasmará en la realidad de sus organizaciones. Piden por el cepo a una gestión que tiene miedo a levantarlo antes de tiempo.

Por Pilar Wolffelt

La semana pasada, empresarios, políticos, analistas y expertos financieros protagonizaron la 45° Convención Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos en Finanzas (IAEF). El tradicional encuentro es un termómetro de cómo ve el establishment la realidad. Lo que se vio es que dos sentimientos dominaron el humor del auditorio: las ganas de creer en el Gobierno y el miedo a cómo impactará el plan económico en la realidad de las empresas. En tanto, en los funcionarios que pasaron por el escenario, lo que más llamó la atención fue el temor que les da pensar en levantar el cepo, más allá del deseo de hacerlo, y la decisión de no apartarse del «crawling peg».

«Gobierno, gobernanza y gobernabilidad», fueron las «tres G» que le pidieron al presidente Javier Milei en un momento del evento. Y varias voces señalaron que hay que plantearse hacia dónde vamos, cuál es el objetivo, qué es lo que queremos lograr. El despegue de lo tecnológico y de la economía del conocimiento es algo que estuvo muy presente en todo el congreso. Todos ven es ese nicho un gran potencial para la Argentina.

La mirada de los gobernadores

Por su parte, los gobernadores resaltaron la importancia de abrazar el principio de la responsabilidad fiscal y abrir el espacio para que el sector privado invierta. Además, hicieron hincapié en la necesidad de que el país se estabilice y se ponga en marcha para transitar la senda del crecimiento.

La pobreza es algo que preocupa mucho a los representantes de las provincias, en gran parte, generada por el ajuste y recorte del gasto que ejecuta el Gobierno, y tienen el foco puesto en cómo continuar con la obra pública sin los fondos nacionales. En ese sentido, resaltaron la importancia del compromiso privado y muchos esperan que el RIGI les dé una mano en ese sentido.

El «crawling-peg» y el cepo: el dilema

Asimismo, a lo largo de la semana un ex banquero central comentó a este medio que llama la atención que el Gobierno no escuche las advertencias sobre la necesidad de hacer cambios en el rumbo monetario. «Van a morir con las botas puestas», dijo. Y el tema del cepo está omnipresente: «Hay que terminar ya con el cepo porque es un torniquete para atender una urgencia, pero no se puede eternizar», dijo en su exposición el diputado de Cambiemos Martín Tetaz en el marco de IAEF.

«Necesitamos una industria más competitiva, con un tipo de cambio y políticas fiscales que favorezcan el desarrollo de las empresas y la inversión», dijo a Ámbito entre pasillos en los últimos días un representante del sector. También el gobernador Alfredo Cornejo insistió en que «el RIGI está promocionando inversiones, pero la eliminación del cepo será el salto para que la inversión llegue» cuando tomó la palabra en la convención.

Pero el presidente Milei dijo en su discurso de cierre que, para salir del cepo no puede fijar fechas y señaló que el Gobierno «avanza por objetivos, que dependen de las decisiones de los individuos». Lo cierto es que lo que estuvo presente a lo largo de todo el congreso fue la necesidad de la integración de los distintos sectores de la economía y la política, pero los industriales son los que están más castigados por el Gobierno en este momento.

La industria, preocupada pero con ganas de dialogar

Muchos industriales ven en la desregulación un arma de doble filo. Piensan que puede beneficiarlos, pero temen, por ejemplo que se abra el espacio para la competencia desleal o que algunos precios se disparen y haya que volver parta atrás, como pasó con las prepagas. Lo mismo sucede con la baja del impuesto PAIS a las importaciones, porque, si bien puede bajar costos, por un lado, es una amenaza para la industria nacional por otro. Y nadie le quita el ojo a la idea del oficialismo de modificar la ley antidumping, temen un cambio extremo en el camino desregulador.

El sector agroindustrial, el energético y el minero son los que expresan más entusiasmo hacia adelante, ya que el RIGI los favorece, como también el de la economía del conocimiento y algunos emprendimientos cripto, Los industriales hablan con cautela tras las palabras de días previos del presidente Milei en las que había castigado fuerte a la industria y destacado el rol del campo en la mismísima sede de la Unión Industrial (UIA).

«Creemos que hay que sentarse con el Gobierno y explicarle que nosotros estamos muy castigados por la carga tributaria, no estamos ajenos a la situación del campo en cuanto a la presión impositiva», dijo a este medio un industrial. Y contó que los empresarios del sector creen en la propuesta oficialista, pero les preocupa que no se avance en un camino más similar al de Brasil, de fuerte fomento productivo y exportador.

Asimismo, señaló que es necesario generar consumo y que «la Argentina tiene que apuntar a mejorar la competitividad». Para él, ese es el gran desafío que tenemos a futuro en un país que «tiene presión récord de impuestos» y enfatizó que, hasta ahora, siempre hemos tenido un país muy desordenado en materia económica, con el foco siempre en la macro.

El miedo al levantar el cepo y la frustración que genera

Mientras tanto, para el Gobierno, es una frustración no poder levantar el cepo, así lo confesó Vladimir Wering en Mendoza, y hay miedo cada vez que se les pregunta por el tema. Tienen temor a que les pase lo mismo que en 2018, con Mauricio Macri, cuando, con el cepo ya levantado, el tipo de cambio paralelo se disparó y hubo que volver para atrás.

«No podemos arriesgarnos a que no salga bien», dijo un funcionario. Y ese es el sentimiento que predomina en el Gobierno, que no pueden levantarlo hasta que no estén seguros de que no se van a disparar los tipos de cambio.

Fuente: Ámbito

Rivero. C

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