Cuentas públicas: estiman que el déficit financiero de los últimos 50 años fue equivalente a un PBI

En los últimos 50 años, el déficit financiero acumulado fue equivalente a un Producto Bruto Interno (PBI), de producción, según un análisis del IERAL (Fundación Mediterránea) elaborado por su vicepresidente, el economista Marcelo Capello. Este rojo se debe a la alta tasa de inflación, que fue en promedio de 192% anual, con hiperinflación de por medio, y el peso de la deuda pública. Al aumento del desequilibrio en las cuentas del Estado, se le agrega el hecho de que no se haya impulsado un desarrollo exportador, por lo que en ese período se dio además un escaso crecimiento con un aumento de la producción per cápita de solo el 0,7% anual.

Sin embargo, por primera vez en 15 años, el Sector Público Nacional (SPN) exhibió superávit fiscal, con una mejora en el resultado financiero de 5,6 puntos del PBI en un año. Se trata del «más importante desde 1960» y se explica por la «reducción del gasto fiscal», según el estudio. En tanto, la segunda mayor mejora en el resultado fiscal fue el Plan Austral en 1985, cuando las cuentas mejoraron 4,6 puntos del PBI ese año, aunque esto fue gracias a la licuación de ingresos, ya que las erogaciones aumentaron en términos del Producto.

A pesar de ello, Capello resaltó que actualmente aunque «no puede afirmarse con total seguridad que esta vez se lograrán niveles altos de competitividad y un consiguiente desarrollo industrial exportador, por cuanto persisten algunas dudas sobre la política cambiaria y la recuperación de las reservas del BCRA, sí puede observarse un avance notable respecto a la situación de las cuentas públicas».

En los últimos 62 años, entre 1961 y 2022, sólo hubo superávit fiscal en 9 años: en 1991 con Plan Austral; en 1992 y 1993 con la reforma del Estado y las privatizaciones de la Convertibilidad de Carlos Menem y Domingo Cavallo; y entre 2002 y 2008, por licuación y el no pago de intereses de la deuda durante los mandatos de Eduardo DuhaldeNéstor Kirchner y el primer período de Cristina Fernández. Los demás años, los números fueron en rojo, según un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).

Gasto público: la motosierra, la clave

Dentro del estudio, Capello destaca que la clave del ajuste fiscal en 2024 está puesta en el recorte del gasto público, en todos los niveles de gobierno. «Si el resto de 2024 las erogaciones se ejecutan como en los primeros meses del año, el gasto consolidado podría bajar a 32% del PBI», enfatiza y aclara que el gasto público consolidado, en los tres niveles de Gobierno, pasó del 27% del PBI en 2004 a 47% en 2016, aunque entre ese año y el 2022 se recortó unos 5 puntos. «Así, en un año se habrá bajado un 70% del aumento del gasto observado entre 2004 y 2023», sintetiza el informe.

El ajuste fiscal en lo que va de 2024 se dio principalmente por licuación del gasto en salarios, jubilaciones y transferencias a provincias y empresas, además de la fuerte baja en la inversión pública, para eliminar en un año un déficit financiero de cerca de 6% del PBI, según precisa Capello.

A su vez, añade que esta medida resultaba «inevitable», a su parecer, ya que entre 2004 y 2023, «tres cuartas partes del aumento del gasto de Nación más Provincias se debe al gasto en Personal (+3,4% del PBI), Jubilaciones y Pensiones (+2,9%) y Subsidios en tarifas (2,1%)».

El ajuste en las provincias y municipios

Además del ajuste fiscal a nivel nacional, también se observan recortes en los gobiernos locales. Los ingresos de las provincias cayeron un 17% real en el primer trimestre del año, sus erogaciones un 24%, con un 55% de reducción del gasto de capital y 21% en el gasto en Personal. De las 24 provincias, solo dos exhiben un «pequeño déficit financiero», que son Misiones y Entre Ríos. De esta manera, «la reducción total del peso del gasto en el PBI, en lo que va de 2024, se explica en un 61% por ajuste del gasto nacional, 36% por ajustes en erogaciones provinciales y 3% en municipios, similar a las participaciones que dichos niveles de gobierno tuvieron en el PBI en años previos», precisa Capello.

«Una vez alcanzado el equilibro fiscal, lo importante es no perderlo, garantizando el déficit cero hacia adelante, de modo que cualquier propuesta de mayor gasto, deba venir acompañada de la fuente de recursos para financiarla, como lo exige la ley de Administración Financiera (con menor gasto en otras partidas, aumento de impuestos o eliminando alguna exención impositiva)», subraya Capello.

«Es hora que Argentina cuente con una regla fiscal para asegurar el equilibrio y la solvencia estatal a largo plazo, que impida el endeudamiento insostenible o la generación de fuertes procesos inflacionarios. Mientras tanto, se debe trabajar en mejorar la calidad del ajuste, con menor licuación y más reforma del estado, eliminado impuestos muy distorsivos. Ahora que se ha logrado el equilibrio, es el momento indicado para acordar una regla fiscal de déficit cero como política de estado, que deberían asumir las principales fuerzas políticas», concluyó el vicepresidente de la Fundación Mediterránea.

Fuente: ÁMBITO

Por: Graciela Herrera

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