La demora en el -inminente- veto de Javier Milei a la reforma previsional no implica un cambio de postura, sino más bien la intención de obtener un tiempo de gracia para volver a acercarse a sus aliados en el Congreso, quienes le explicitaron durante todo agosto que tienen la llave para destrabar cualquier proyecto.
Este miércoles al mediodía el Presidente se reunió con Karina Milei, Eduardo y Martín Menem, Santiago Caputo y Guillermo Francos para reorientar la estrategia legislativa del oficialismo, que se vio golpeado luego de circunstanciales alianzas opositoras y dos expulsiones de mayor resonancia mediática que peso político concreto. La conclusión fue que el jefe de Gabinete vuelva a hacerse cargo de primera mano de las negociaciones en ambas Cámaras, especialmente para disuadir y evitar que se retome la reforma previsional eventualmente vetada. Su reencuentro con todos los bloques será público: a las 11 horas del próximo miércoles defenderá la gestión en el Congreso.
Con objetivo parlamentario, Javier Milei también mantuvo dos encuentros en una semana con Mauricio Macri, cuyo desplante del PRO en el Senado durante la votación para la reforma previsional pareció generar un efecto en el Gobierno. El Presidente y Karina Milei tienen otra reunión programada para este viernes: Cristian Ritondo, titular del bloque del PRO en Diputados, y Oscar Zago irán a Casa Rosada. «No hay expectativas con esta gente, pero Cristian va ir como hizo siempre cada vez que lo convocaron para ver qué tiene para decirnos», señalaron a Ámbito desde su entorno.
Alianzas y distanciamientos
Mientras prepara reforzar su identidad en un acto en Paraná, el PRO observa el escenario sin apremios sabiendo que la gestión tiene la presión de los resultados, que su batalla electoral es de largo aliento y que todo acompañamiento al Gobierno constituye un auxilio que implica una retribución. Su inminente alianza con el MID en Diputados lo dejará como el segundo bloque mayoritario, aún con las tensiones expresas con el ala bullrichista. La iniciativa de Horacio Rodríguez Larreta, que fundó el partido Movimiento al Desarrollo, no implica un costo político ya que tiene escasos representantes legislativos, que por el momento no expresarán autonomía en temas delicados.
Al partido no le interesa tentar a Lourdes Arrieta, quien un día después de construir su unibloque expresó voluntad de «construir por el país con el PRO». «No le quedaba otra», dijo una diputada libertaria cuando se enteró que la mendocina fundó «Fuerzas del cielo – Espacio liberal» (FE); «yo sigo siempre fiel a Javier, hasta que no se le crucen las ideas», agregó: la lealtad al Presidente es el activo más valorado en mosaico ideológico oficialista. Otra legisladora que va remarcando su creciente desencanto es Carolina Píparo. “Iba a sufrir solo la casta y no fue así”, dijo en televisión la excandidata a gobernadora de La Libertad Avanza.
El resto de la oposición avanza legislativamente en proyectos que el Gobierno no deshabilita (juicio por jurados o el programa para prevenir el embarazo adolescente), reacciona ante las provocaciones (pedido de renuncia a Mariano Cúneo Libarona, que llevó a militantes negacionistas de la violencia de género a respaldar a los gritos sus declaraciones reaccionarias) y cuenta los votos en el caso de un eventual veto: las miradas están puestas en el ala radical más cercana al oficialismo, que redactó la reforma jubilatoria pero siente resquemor a confrontar directamente con el Ejecutivo.
Victoria Villarruel: autonomía sin quiebre
La que no sumó daños internos esta semana es Victoria Villarruel, que lejos de bajar el perfil intensificó su agenda paralela y, por momentos, hasta perjudicial para Javier Milei, cuya mesura está reservada para temas puntuales. Días después de que el mandatario, junto a Patricia Bullrich, coincidieran en que la visita a los condenados por delitos de lesa humanidad en la última dictadura no constituía su agenda, la Vicepresidenta protagonizó un acto el martes en donde estableció paralelismos entre la violencia política de los ‘70 y el atentado a la AMIA.
En ese acto, pidió “reapertura de todas las causas de víctimas del terrorismo”, algo que no está en potestad del Ejecutivo, y remató pidiendo que “todos los Montoneros estén presos”, situación judicialmente incierta dado que sus delitos -que hasta el momento no son de lesa humanidad- prescribieron. En el Senado, se señalaron los alcances sobre Patricia Bullrich y sus orígenes políticos, pero con desacierto: la actual ministra de Seguridad formaba parte de la Juventud Peronista, aunque su primer marido fue militante de Montoneros y uno de los líderes de la agrupación, Rodolfo Galimberti, fue su cuñado.
Otra momento de regodeo de Victoria Villarruel se reflejó en su reacción a la expulsión de Francisco Paoltroni por parte de los otros seis miembros del bloque de senadores libertarios: la titular de la Cámara alta señaló lo improcedente del documento oficialista, exponiendo el desconocimiento de los procedimientos de sus compañeros de espacio. Lo que correspondía era simplemente anunciar la nueva composición de la bancada sin el representante de Formosa, que inauguró su unibloque llamado “Libertad, Trabajo y Progreso”, mismo nombre con el que compitió en el 2023 para la Gobernación provincial, su verdadero objetivo.
Paoltroni fue muy lejos con sus expresiones de librepensamiento, que ya se había expuesto cuando fue desplazado a último momento de la presidente provisional del Senado. En los últimos diez días, contrarió a los dos candidatos del Milei para la Corte Suprema de Justicia y la asignación de los fondos reservados para la SIDE. Su alejamiento no implica su antagonismo lineal con el Gobierno ni su adhesión a otros partidos, práctica que aún no pudo concretar siquiera en su distrito. La modalidad de su expulsión del bloque ya fue utilizada con anterioridad: un insulto en redes sociales de Daniel Parisini (conocido como Gordo Dan), uno de los twitteros con línea directa con Casa Rosada.
Fuente: ÁMBITO
Por: Graciela Herrera
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