En el corazón del sistema hídrico de la provincia de San Juan, se está llevando a cabo una impresionante renovación del Dique Ignacio de la Roza, una obra que asegura la regulación del caudal de agua en todo el Valle de Tulum. Este proyecto representa un compromiso con la seguridad y la sostenibilidad hídrica del área.

En el marco de esta renovadora misión, uno de los aspectos más destacables es la intervención sobre las colosales compuertas, cada una con un peso estimado de entre 14 y 15 toneladas. Estas estructuras, que miden aproximadamente 8 metros de largo por 2 metros de alto, son piezas clave en la regulación del flujo de agua del río San Juan, y están siendo sometidas a un proceso meticuloso de rehabilitación.

Innovaciones en las compuertas

Cada compuerta está equipada con un sofisticado sistema de guías y ruedas de acero que permiten su movimiento vertical, asegurando que el agua no se filtre. Estas guías y ruedas, fabricadas completamente en metal, se están reacondicionando y mejorando para garantizar un rendimiento óptimo. También se está prestando especial atención a las juntas de goma, conocidas como “nota musical” por su forma distintiva, que son esenciales para evitar fugas de agua. La rectificación de los asientos metálicos, donde las compuertas se apoyan, es crucial para asegurar que no haya pérdida de agua al cerrar.

El sistema mecánico que opera las compuertas ha sido completamente renovado. Los equipos reductores y las poleas están siendo restaurados a su condición original, permitiendo que el cable de acero, pueda funcionar sin problemas. Este cable (en total se adquirió más de 440 metros) es esencial para la maniobrabilidad de las compuertas y no estaba disponible localmente, por lo que tuvo que ser adquirido externamente, subrayando la magnitud y complejidad del proyecto. Lo mismo sucedió con las juntas de goma.

Reemplazo y restauración de elementos clave

El trabajo en los talleres involucrados en este proyecto es técnicamente asombroso. Con más de 100 personas trabajando intensamente en la restauración, la planificación se ha optimizado para maximizar la eficiencia.

El proceso de restauración incluye la limpieza exhaustiva de las compuertas mediante arenado, un procedimiento que garantiza la eliminación completa de impurezas, dejando el metal listo para ser recubierto con una pintura especial. Este revestimiento amarillo no sólo proporciona una barrera protectora contra la corrosión y los elementos, sino que también mejora la visibilidad y seguridad en condiciones de poca luz, gracias a la distintiva capacidad del color amarillo para ser percibido en la oscuridad.

Una obra complementaria

Además de la mejora de las compuertas se trabaja en el Canal Matriz, parte fundamental de este sistema, pues tiene una capacidad de transporte de entre 60 y 70 metros cúbicos de agua. En el canal, cuando fue vaciado, se encontraron losas desplazadas de su lugar de origen debido a la presión del agua. Debido a esto, se está llevando a cabo un proceso para reubicar las losas desplazadas y construir losas nuevas donde sea necesario. Las que pueden ser recuperadas se enclavaron mediante anclajes con fijador químico a la losa original, mientras que otras están siendo construidas nuevamente. Este proceso se realizó en 6 losas. Las estructuras de hormigón son de un tamaño considerable, aproximadamente de seis por seis metros.

Estos trabajos son importantes pues la operación del Canal Matriz es fundamental para el manejo del recurso hídrico del Valle del Tulum. Por este canal se transporta el agua desde el río hasta las diversas estructuras de distribución agrícolas y urbanas que dependen de él.

La rehabilitación actual no solo restaura estos elementos a su condición original, sino que también los moderniza, garantizando que sigan cumpliendo su función vital en la protección de la región y en el manejo eficiente del agua.