BCRA mantiene las tasas en 40% ante el debut de las LEFI: ¿qué señal busca dar?
Tasas: las variables tras la decisión del BCRA
No era una decisión menor la de subir o dejar quieta la tasa de referencia y, de alguna manera, representaba un trade off para el equipo económico. Al mantenerla sin cambios, privilegia enviarle al mercado una señal que intente reforzar la idea de que la inflación y el ritmo de devaluación convergerán a la baja, en momentos marcados por el descrédito respecto de la sostenibilidad del esquema cambiario. Algunas fuentes consideran que una suba de tasas habría entrado en contradicción con el postulado oficial de que la nominalidad retomará la desaceleración luego del repunte de junio.
Además, la definición tiene un ojo en el impacto fiscal. Ya de por sí la migración final de la deuda del BCRA al Tesoro derivará en un ajuste extra de otras partidas del gasto público porque ahora los intereses serán afrontados por el fisco. Cualquier suba de la tasa incrementará esa carga sobre las cuentas públicas.
A contramano, la decisión implicó dejar de lado la alternativa de sumar otra herramienta en busca de contrarrestar las presiones sobre la brecha cambiaria al intentar contener la demanda de dólares con una mayor tasa en pesos. La semana pasada, las preocupaciones por la suba de los dólares paralelos llevó al Gobierno a lanzar una intervención con venta de reservas en el dólar contado con liquidación (CCL), cuyo anuncio desencadenó una baja cercana al 10% en las dos ruedas siguientes pero que inmediatamente después se revirtió y ya acumula un rebote cercano al 4% desde entonces.
Con todo, como anticipó el medio, las cotizaciones del mercado no habían incorporado en los precios (por ejemplo, los de las LECAP) la perspectiva de que el BCRA fuera a concretar una suba de tasas.
BCRA lanzó el nuevo esquema monetario
Con todo, este lunes, debuta el nuevo esquema monetario. El BCRA suspendió la colocación de pases pasivos a un día, que al cierre de la semana pasada representaban un stock de algo más de $11 billones, y comenzó a ofrecerle a los bancos las LEFI. La operación cerrará a las 20:30, le dijeron fuentes oficiales a Ámbito.
La LEFI es una letra a un año de plazo (vence el 17 de julio de 2025), cuya amortización de capital se hará íntegra al momento del vencimiento. Devengará intereses que se capitalizarán diariamente a la tasa de política monetaria y también se cancelarán al vencimiento. “En cada cambio de la tasa nominal anual de política monetaria, se capitalizarán los intereses y se considerarán como nuevo capital”, detalla la resolución conjunta de jueves pasado que autorizó su emisión. Pero el banco que decida desprenderse de las LEFI que haya comprado recibirá en ese momento tanto el capital como los intereses acumulados en el lapso en que la tuvo en cartera.
Se trata de una letra emitida por el Tesoro (por un total de $20 billones) que fue canjeada al BCRA por un conjunto de títulos públicos que estaban en cartera del Central. Con las letras ya en su poder, la autoridad monetaria las comprará y venderá diariamente a los bancos para regular la liquidez de la economía. El funcionamiento será similar al de los pases, pero al estar en el balance del Tesoro no se saldarán con emisión monetaria sino con un mayor ajuste fiscal.
El nuevo esquema monetario fue el primero de los sucesivos anuncios en serie que realizó el Gobierno en el marco de lo que denominó como “fase dos de emisión cero”, que se fue ampliando a medida que el equipo económico corroboraba que la reacción del mercado no era la que esperaba. Al fin de la emisión para el pago de intereses de los pasivos remunerados, se sumaron la rescisión de los puts sobre títulos públicos (una deuda contingente que el BCRA logró reducir de $17 billones a algo más de $3 billones) y la intervención sobre los dólares financieros con reservas (lo que también implica reabsorber los pesos que se emitieron para comprar esas divisas).
Se trata de un combo que el Gobierno considera fundamenta para intentar retomar la desaceleración de la inflación, revertir la expansión de la brecha cambiaria de los últimos meses y aspirar a una salida del cepo sin salto devaluatorio, una posibilidad en la que pocos creen en un contexto de reservas negativas.
Pero, al mismo tiempo, despierta reparos sobre el impacto recesivo de estas medidas y la sangría adicional de reservas que implicará. ¿Qué pasará si el nuevo esquema no encuentra los resultados que esperan los funcionarios?
Fuente: ÁMBITO
Por: Graciela Herrera
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