8M industrial: las mujeres se abren paso en el liderazgo del sector
Un informe de una firma mundial indaga en la cantidad de mujeres que ocupan puestos directivos en las empresas del país. ¿Qué arrojó el estudio y qué opinan las líderes industriales?
Actualmente, en las mesas de trabajo gerenciales, la mujer tiene cada vez más probabilidades de acceder allí y marcar el rumbo de los negocios. El “semillero” industrial comienza a erigir mujeres como referentes sectoriales y el caso emblemático es el de Luciana Blasucci, industrial PyME metalúrgica, primera Presidenta mujer de UIPBA Joven y Vicepresidenta regional de UIA Joven.
Si bien los logros son evidentes, las líderes del sector industrial coinciden en que hay que seguir trabajando en la paridad, y así lo dice Blasucci: “El crecimiento de la participación de la mujer en la industria es una tendencia, pero falta mucho”. Y sostiene su opinión con datos estadísticos: “Sólo el 19% del empleo asalariado de la industria es femenino y en el caso de las Pymes 1 de cada 3 empresas cuenta con más de un 20% de cargos directivos ocupados por mujeres”.
De igual manera opina Eugenia que dice: “La industria está en pleno proceso de transformación, nos encontramos transitando un cambio de paradigma y por momentos nos damos cuenta todo lo que falta transitar”.
Según datos de la UIPBA, el suelo bonaerense representa el 49% del PBI industrial del país. En ese territorio, el gobierno contabiliza alrededor de 196 agrupamientos industriales, distribuidos en 107 municipios. El 60% de ellos se encuentran en el interior y el 40% en el AMBA.
En ese sentido, cada vez más mujeres se lanzan a emprender, así lo detalla el “Diagnóstico de los factores que afectan el desarrollo empresarial de la mujer argentina” elaborado por UIPBA la OIT, ONU Mujeres y financiado por la Unión Europea que detalla explícitamente “la independencia en la relación laboral se configura como el principal driver para emprender entre las mujeres, lo que se vincula con la necesidad de conciliación trabajo-familia/vida”.
El techo de cristal sigue estando ahí, pero la mayor participación femenina en altos puestos parece ser el camino encarado por el sector industrial y en gran parte es ahí donde la mujer se va abriendo camino hacia puestos jerárquicos. Algo que la joven metalúrgica identifica como fundamental: “Hoy, en UIPBA, 17 mujeres tienen cargos dentro de la Junta Directiva, el Comité Ejecutivo y la Comisión revisora de cuentas, algo clave para integración y la igualdad en la participación de la toma de decisiones”. Esto es algo que, según ella, es fundamental para la igualdad, el rol de las asociaciones como motor que promueve la participación de las mujeres en puestos estratégicos. Además, agrega que “hay una agenda cada vez más fuerte sobre esta temática”.
¿A qué edad una mujer pasa a cargos directivos?
Según el estudio de la consultora, las edades y los tiempos juegan un papel clave en la escalera jerárquica de las compañías, incluso más que el de los hombres. El 71% de las líderes argentinas tiene más de 5 años en el cargo y solo el 4% tomó una nueva posición en el último año. Todas las ejecutivas que participaron ocuparon puestos gerenciales y la mayoría (38%) lo hace desde hace más de 20 años.
En tal sentido, la integrante de la junta directiva de UIPBA y UIA, cuenta: “hace más de dos décadas que trabajo en el sector y, desde mi caso personal, puedo decir que noto que se generó gran confianza para que yo pueda estar ocupando este puesto. Insisto que no fue sencillo, pero valió la pena porque los cambios que vemos indican que sí podemos cambiar las concepciones de género”.
La estadística también revela que el 91% de mujeres en altos cargos tienen más de 40 años de edad. El resto (9%) figura en el rango etario de entre 30 y 39 años. El 79% de las encuestadas tiene hijos y, según respondieron, el 83% de ese porcentaje cuenta con apoyo en el manejo de la vida familiar.
Este dato marca un verdadero avance en el reparto de las tareas del hogar y el cuidado de los hijos. Históricamente, las mujeres han sido las responsables de todo lo relacionado con las tareas de cuidado, funcionando como un obstáculo en la vida profesional de las ejecutivas que tenían que dedicar más horas que sus compañeros hombres a las demandas hogareñas. Esta asimetría en el reparto de las tareas provocaba que las mujeres no pudieran dedicarle el mismo tiempo al trabajo que sus colegas masculinos.
Así lo remarca Eugenia: “De a poco se empiezan a romper algunas nociones culturales cristalizadas sobre los roles asignados a cada género. Como todo proceso histórico, necesita de tiempo para fortalecerse y mostrar resultados profundos.”
Por su parte, Blasucci reflexiona: “Es fundamental seguir visibilizando y fundamentalmente promoviendo y asesorando en cuestión de políticas de género para que cada vez más industrias entiendan la equidad como un valor cultural de las mismas.” Y concluye: “Nuestro rol es el de ir allanando el camino para que la mujer que viene atrás tenga un recorrido un poco más fácil”.
Los comentarios están cerrados.